Tras Loco corazón (2009), con Jeff Bridges; La ley del más fuerte (2013), con Woody Harrelson; Pacto criminal (2015), con Johnny Depp, Joel Edgerton y Benedict Cumberbatch; Hostiles (2017), también con Christian Bale; y Espíritus oscuros (2021), con Jesse Plemons y Keri Russell, Scott Cooper escribió y dirigió esta producción original de Netflix basada en la novela homónima publicada en 2003 por Louis Bayard. El resultado, sin ser desolador, es un poco frustrante.
Los crímenes de la academia (The Pale Blue Eye, Estados Unidos/2022). Dirección: Scott Cooper. Elenco: Christian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson, Lucy Boynton, Charlotte Gainsbourg, Toby Jones, Harry Lawtey, Simon McBurney, Timothy Spall y Robert Duvall. Guion: Scott Cooper, basado en la novela de Louis Bayard. Fotografía: Masanobu Takayanagi. Edición: Dylan Tichenor. Música: Howard Shore. Duración: 128 minutos. Disponible en Netflix desde el viernes 6 de enero.
Augustus Landor (Christian Bale) es un legendario ex policía neoyorquino, pero que se ha transformado en un alma en pena, un detective privado torturado por la inesperada muerte de su esposa hace tres años y la reciente desaparición de su hija. Pese a su precaria situación emocional (potenciada aún más por el alcoholismo), es contratado en 1830 por los responsables de la Academia Militar de West Point, ubicada en pleno Valle del Hudson, para investigar los “crímenes de la academia” a los que alude el título en castellano (el original es el mucho más poético The Pale Blue Eye, algo así como El ojo azul pálido).
En ese ámbito de formación militar se ha encontrado ahorcado a un cadete llamado Fry. Y no solo eso: el cuerpo del conscripto ha sido profanado, su corazón extirpado en una suerte de ceremonia ritual propia del ocultismo, la magia negra con elementos diabólicos. Con la ayuda de otro cadete llamado Edgar Allan Poe (Harry Melling, en una versión joven del que luego sería el famoso escritor), que demuestra un particular talento para analizar pistas y descifrar enigmas, van avanzando en la investigación y se transforman en una suerte de émulos de Sherlock Holmes y el doctor Watson.

